EL ESPíRITU DEL ROCK SIGUE VIVO EN STEREO
Hay aspectos del Reino Unido que pueden gustar más o menos —como su gastronomía o el clima— pero hay algo indiscutible: su inmenso legado musical. Desde los Beatles hasta los Rolling Stones o David Bowie, la música británica ha marcado a generaciones. Esa influencia quedó patente el pasado viernes en el Stereo, donde los amantes del género pudierons sentir que el espíritu del rock sigue vivo y vivieron una noche para el recuerdo.
El encargado de abrir la velada fue el británico Mike Ross, quien ofreció su primer concierto en este local con una entrega y talento que cautivaron a todos. Ross, originario de Newcastle, se formó musicalmente entre vinilos de segunda mano y absorbió las influencias de gigantes como Hendrix, Clapton o Gallagher. Todo ese bagaje lo volcó sobre el escenario, acompañado de tres guitarras, pedales y un dominio técnico impecable que fue desde la delicadeza del slide hasta riffs poderosos.
Su propuesta fue un viaje sonoro que abarcó desde el blues rock más clásico hasta toques de psicodelia y country, con momentos hipnóticos, baladas intensas y pasajes suaves que atraparon al público. Lo respaldaron una sección rítmica espléndida —bajo y batería en perfecta sincronía— que, sin fallar una nota, aportaron solidez y magnetismo al show.
La sala comenzó casi vacía, pero como si de un moderno flautista de Hamelín se tratase, la música de Ross atrajo al público hasta ir llenando el local. El concierto sirvió como presentación de su último álbum, Electric Smoke 1, una obra que recuerda al virtuosismo sereno de los Allman Brothers y al desenfreno salvaje de Rory Gallagher.
Tras la intensidad emocional del concierto de Mike Ross, llegó el turno de los bilbaínos Garbayo, liderados por su carismático vocalista cacereño. Era su tercera vez en el Stereo, y eso se notó en la conexión inmediata con el público y el equipo del local. Con riffs contundentes, melodías pegadizas y una actitud festiva, encendieron el ambiente y convirtieron el bar en una auténtica fiesta de rock.
La banda presentó su más reciente trabajo, Días de Euforia, un título que refleja perfectamente lo vivido esa noche. Con el bar a reventar, no hubo un solo rincón que no vibrara con su sonido, ni una cara que no mostrara una sonrisa. La comunión entre banda y público fue total, y el espectáculo dejó claro por qué siempre son bienvenidos en este escenario.
Fue una noche que combinó el descubrimiento de un nuevo talento en el Stereo, como Mike Ross, con el esperado regreso de unos viejos conocidos, Garbayo. Dos formas distintas de entender el rock, pero unidas por la pasión y la autenticidad. Porque con músicos así, la esencia de este género sigue muy viva y más presente que nunca. Y tras noches como esta, solo queda esperar que ambas propuestas vuelvan pronto al escenario que ya sienten como propio.