PERPETUUM MOBILE: LA EVOLUCIÓN DE LA FOTOGRAFÍA CONTEMPORÁNEA
Este fin de semana Taste of Rioja tuvimos la oportunidad de visitar la Sala Amós Salvador y adentrarnos en la fascinante exposición antes de su clausura. Esta muestra destaca la madurez y creatividad de la generación surgida en las décadas del siglo XXI, considerada como la más numerosa y mejor formada en la historia de la fotografía española. Pero, sobre todo, sobresale por una característica que la distingue de sus predecesoras: la masiva presencia de mujeres en un ámbito históricamente dominado por hombres.
A diferencia de las generaciones que emergieron tras la dictadura, esta ola contemporánea ha sabido nutrirse de referentes nacionales e internacionales, aventurándose con naturalidad a experimentar con mezclas formales que desbordan la bidimensionalidad tradicional de la fotografía. Estas exploraciones van más allá de la técnica, abrazando una naturaleza subjetiva que desafía las nociones convencionales de representación y percepción visual.
En lugar de intentar definir la realidad, se generan imágenes que coquetean con las fronteras de la ficción, recurriendo tanto a procedimientos antiguos que añaden tiempo y memoria a sus creaciones, como a herramientas digitales para construir territorios simbólicos. Esta combinación de técnicas y enfoques da lugar a estructuras complejas de imágenes que invitan a reflexionar sobre la inestabilidad de las identidades, las certezas históricas y una crítica a la sociedad contemporánea.
La fotografía, históricamente absorbente a los cambios sociales y estéticos, se convierte en esta exposición en una herramienta poderosa para articular lo particular y lo universal, lo material y lo espiritual. La capacidad de reflejar la fragmentación y la percepción humana le otorga un papel protagónico en la exploración de la realidad contemporánea.
En un mundo donde la imagen se ha consolidado como un lenguaje universal y las certezas se diluyen en un mar de interpretaciones, «Perpetuum Mobile» se presentó como un punto de inflexión. No solo redefine los límites de la fotografía, sino que también invita al espectador a cuestionar sus propias concepciones sobre la realidad, la memoria y la identidad.
Al salir de la Sala Amós Salvador, queda la certeza de haber sido testigos la evolución de la fotografía contemporánea. Una exposición que, sin duda, quedará en la memoria de quienes tuvieron la suerte de experimentarla.
